No muy lejos de Nápoles a unos 8 kilómetros al sureste se alza el Monte Vesubio. Aunque este volcán aumenta el valor fotogénico de la Bahía de Nápoles no debe su fama a esa idílica postal, más bien se ha ganado la popularidad por todo lo contrario ya que es uno de los más peligrosos del mundo.
El Vesubio ha entrado en erupción en numerosas ocasiones pero sin duda la más notoria y conocida se produjo en el año 79 d. C. en la que quedaron sepultadas las ciudades de Pompeya y Herculano.
Desde la estación “Circumvesuviana di Napoli”, que se encuentra en el número 387 de Corso Giuseppe Garibaldi, cogimos un tren de cercanías hasta la parada de “Pompei Scavi” que es la más cercana a la “Porta Marina”, lugar de acceso a las Ruinas de Pompeya.
– Precio trayecto Nápoles-Pompeya: 2.60€ por persona
– Ojo1, el tren estaba bastante lleno aun siendo un día entre semana y temporada baja
– Duración del trayecto: 40 minutos
– Hay una consigna en la misma parada de tren, en la entrada a los aseos, 3.00€ por mochila
– Ojo2, en la parada de tren se pueden ver carteles de “mapas gratis”, pero son mapas anticuados, no oficiales y poco fiables que no recogen las casas en rehabilitación ni las calles cortadas, es decir, son más bien un reclamo para que entres en el establecimiento y te “vendan” una visita guiada o audioguía.
– Entrada al recinto: 13.00€ por persona
– Ojo3, visitar preferiblemente por la tarde para evitar masificaciones y el calor sofocante
– Ojo4, llevar gorro/a, botella para el agua (hay fuentes en el recinto), algo para picar y sobre todo zapato cómodo ya que las calzadas de esta época son muy famosas porque todas conducen a Roma, pero nadie habla de lo irregulares que son.
Cualquier “friki” de la historia encontraría un millón de razones para no perderse Pompeya, sin embargo, yo soy un profano total en estos temas y aún así recomiendo su visita encarecidamente, no sólo porque es “Patrimonio de la Humanidad” desde 1997, o porque constituye la única ciudad antigua de la que se conoce de forma precisa su estructura topográfica, ni siquiera por lo bien conservadas que están sus calles, edificios, frescos, etc, sino porque es lo más parecido que existe a una foto de la vida de un pueblo romano del Siglo I d. C.
La visita puede durar de 3 a 6 horas dependiendo de tu ritmo, pero es muy aconsejable planificar previamente qué quieres ver para no perder tiempo ni malgastar energías dando vueltas sin tener muy claro dónde te diriges.
Para nosotros lo mejor de Pompeya fue:
- Puerta de Marina
- El Foro
- Casa de Menandro
- El Templo de los Lares
- El Lupanar
- El Foro Triangular (inmejorable lugar para descansar)
- El Teatro Grande y Pequeño
- El Templo de Júpiter
- La Villa de los Misterios
- El Thermopolium de Vetutius Placidus
- Las Termas del Foro
- Orto dei Fuggiaschi (Jardín de los Fugitivos, moldes en yeso de 13 personas que buscaron refugio en este lugar)
- El Anfiteatro