Viajar a Japón con un bebé

Desde que empecé a profundizar en lo que sería un posible viaje a Japón, mi mente ya no admitía otro lugar, pero llevarnos a Telma de 20 meses (ya tiene poco de bebé) en ese momento suponía el mayor reto hasta entonces en nuestros viajes en familia.

¿JAPÓN ES BUEN DESTINO PARA VIAJAR CON BEBÉS?

 

El viaje ideal para hacer con niños muy pequeños no lo vemos, sobre todo por el ritmo que implica, la cantidad de tiempo que se dedica a los desplazamientos puede resultar pesado (sobre todo en Tokio) y porque hemos echado de menos zonas para diversión y esparcimiento de los más pequeños (que no es determinante pero suma).

Por otro hay que ir mentalizado de que la capital nipona es inmensa y fascinante, vas por la calle boquiabierta, todo llamará tu atención pero no podrás dedicar el tiempo que te gustaría. Es como intentar ir de compras con un niño a una tienda que te encanta y a la que no sabes si podrás volver.

Dejarte «cosas pendientes» puede no importarte en cualquier otro lugar de mundo, pero Tokio no es cualquier lugar. Desde luego no es problema y esta sensación es muy subjetiva, puede que no te pase a ti. También te digo que Tokio con Telma nos ha hecho vivir momentos únicos y muchas risas, sin ella no hubiera sido lo mismo.

Japón tiene otras muchas cosas a su favor que lo hacen un destino recomendable para viajar con tu churumbel.

 
 

Es considerado uno de los países más seguros del mundo, aquí lo más peligroso que te puedes encontrar es una geisha, desplazarte por el país es bastante sencillo y pan comido si ya eres un viajero experimentado, es fácil encontrar comida en los restaurantes del gusto de los niños, no necesita vacunas, es limpísimo y los japoneses son extremadamente amables y respetuosos.

Mira que nosotros tuvimos nuestras dudas y queremos volver a Tokio solos, pero ir a Japón con Telma ha hecho que sea un viaje MUY especial del que traemos recuerdos imborrables. Y al revés de lo que dicen algunos, me ha parecido una edad preciosa y muy divertida para viajar con niños, siempre que te guste viajar, claro, y te compense las dificultades paternales que conlleva salir de tu entorno conocido.

 

Pero mejor te cuento por partes algunas cosillas que te pueden interesar si viajas a Japón con un bebé:

 

Moverse por Japón

La red de transporte público en Japón es una de las mejores del mundo y moverte por el país resulta sencillo, factor determinante para nosotros a la hora de elegir destino familiar.  Todo está muy bien comunicado y los trayectos no son excesivamente largos, siempre y cuando te plantees un viaje medio razonable para ir con niños.

Puedes planificar fácilmente tus desplazamientos en tren gracias a herramientas web como Hyperdiadonde consultar horarios y combinación de trenes, estos son frecuentes, cómodos y puntuales.

 

Si además has comprado la Japan Rail Pass, cosa que recomendamos 100%, pero por si aún no lo sabes, resumidamente, es un pase de tren para extranjeros que te permite viajar por todo Japón, pero no se vende en Japón, hay que comprarlo antes de llegar. Lo hay de 7, 14 o 21 días (para info completa pincha el enlace).

Con este billete, ya sabiendo el trayecto que te interesa puedes ir directamente al tren (hay que asegurarse de que sea un tren válido para la JR Pass) y simplemente accedes enseñando tu pase sin necesidad de hacer colas para sacar un ticket, eso sí, de esta forma tendrás que ir en los vagones sin asiento reservado. Para reservar asientos, si hay que pasar por una oficina de tickets. Yendo con un niño, lo más probable es que siempre te cedan el asiento. Nosotros los hemos hecho de las dos maneras.

El transporte público de Tokio funciona muy bien, aunque al principio te lías en las estaciones con tanta señalización (demasiada) y el mapa de transportes impone, el 2º día ya lo tienes controlado.
 

Para mayor comodidad y ahorro de tiempo, en Tokio aconsejamos el uso de tarjetas prepago (una por persona) como la Suica o Pasmo. Nosotros optamos por la Suica que adquirimos en las oficinas de Japan Rail del aeropuerto. Pagas un deposito de 500 yenes (que luego te devuelven en una oficina cualquiera de JR) más el importe que quieras precargar, con un mínimo de 1500 yenes y puedes recargarla en las maquinas expendedoras de las estaciones. Con ella no tendrás que sacar un billete cada vez que uses el transporte público, simplemente te diriges al lector de tarjetas que hay en los tornos tanto al entrar como al salir. Igual que con los billetes normales, el importe se descontará una vez llegues a tu destino. Insisto, lo agradecerás.

 

Creo que todas las estaciones tienen ascensor peeeero, encontrar el ascensor no es fácil, mejor dicho, lo que no es fácil es llegar hasta el andén usando el ascensor, encontrar las dos cosas a veces parece tarea imposible. De hecho, lo odiamos tanto que acabamos saliendo sólo con la mochila portabebe. No se si en todas las estaciones hay cambiadores pero nosotros encontramos en todas las que lo necesitamos.

 

Igual que en Kioto, donde se usan principalmente autobuses, no cabe un alfiler, conviene llevar una silleta que se pliegue fácilmente, y para la visita de muchos templos tampoco es lo más recomendable.

 

El vuelo y el jet lag

Con sólo un mes de antelación y después de mirar 800 mil combinaciones posibles de vuelos en skyscanner para encontrar el ideal: que no supusiera invertir un riñón, con entrada por Tokio y salida por Osaka o al revés, que coincidiera con horas de sueño, con una escala corta pero no excesivamente y a ser posible en Europa por si Telma iba durmiendo no le cortara todo el rollo y no volviera a dormirse nunca más, al final acabamos en uno de la compañía Finnair que cumplía con todos los requisitos, salvo el horario, con lo cual ya contábamos con que Telma iba a dormir poco, oh terror… Hacía una escala en Helsinki de 2 horas 15 minutos que también operaba con Japan Airlines para el 2º vuelo del primer trayecto. En el trayecto de vuelta todo fue con Finnair.

Me empezaron a entrar sudores fríos cuando en el minuto 1 del primer vuelo tenemos que recurrir a nuestro entretenimiento mejor guardado, el que teníamos reservado para los momentos más críticos. Afortunadamente no parece haber niñofobicos alrededor con mirada de asco y los berrinches de Telma en todos los vuelos sólo se limitaron al despegue y aterrizaje porque la nena quería un asiento para ella solita. Sorprendentemente en el resto de tiempo de navegación bastaba con su muñeca favorita y un poco de organización para que viajara tranquila e incluso bastante entretenida. El vuelo era lo que más temíamos y fue mucho mejor de lo nunca hubiéramos esperado a pesar de que apenas durmió.

 
La silleta de paseo no nos la dieron hasta llegar a Tokio, pero en el aeropuerto de Helsinki hay carritos muy chulos disponibles para los niños.
 

Puestos a coger un vuelo con escala conviene que sea de entre 2 y 3 horas sobre todo por si hay que pasar otro control de seguridad como fue nuestro caso.

Si quieres que te den cuna de viajepuedes probar a hacer las gestiones previas con la compañía (llamadas por teléfono posiblemente en ingles, pagar para reservar asientos en filas correspondientes,…) o puedes hacer como nosotros, arriesgarte y llegar con bastante antelación al check-in para solicitar los asientos donde se ponen las cunas y ya en el avión preguntar si hay alguna disponible. A nosotros  fueron las propias azafatas las que nos la ofrecieron en los dos vuelos largos. Pero tanto si quieres la cuna de viaje como si no, lo que si te recomendamos es que intentes conseguir los asientos de 1ª fila donde dispondrás de mucho más espacio para los bártulos y para jugar, te hará el viaje muchísimo más cómodo.

No sufrimos jetlag, simplemente la primera noche nos acostamos muy temprano y dormimos bastantes horas. El rato entre el aterrizaje en el aeropuerto de Narita y la llegada hasta Tokio se nos hizo eterno y el primer día estábamos agotados. El 2º día, ya como nuevos. En cuanto al jetlag de la vuelta, aparte de que me importa poco, no noté nada especial.

 

Ruta

Quitando los días de los vuelos, fueron 14 días completos en Japón, los 6 primeros los pasamos en Tokio. De allí nos fuimos a Kioto donde establecimos base hasta el final del viaje. Desde Kioto hicimos una excursión con noche incluida a Miyajima (dejamos las maletas en el hotel), parando a la vuelta en Okayama para visitar el jardín de Korakuen y otra excursión de medio día a Nara.

  • Día 1.-  Vuelo
  • Día 2.-  Llegada a Tokio por la mañana
  • Día 3.-  Tokio
  • Día 4.-  Tokio
  • Día 5.-  Tokio
  • Día 6.-  Tokio
  • Día 7.-  Tokio
  • Día 8.-  Tokio – Kioto
  • Día 9.-  Kioto
  • Día 10.- Kioto – Miyajima
  • Día 11.- Miyajima – Okayama – Kioto
  • Día 12.- Kioto
  • Día 13.- Kioto
  • Día 14.- Kioto – Nara
  • Día 15.- Kioto
  • Día 16.- Vuelta desde Osaka

Nosotros compramos la Japan Rail Pass de 7 días y la activamos desde el día 7 hasta el día 13 para que nos incluyera una excursión a Nikko desde Tokio el día 7, el traslado hasta Kioto y a Miyajima y la excursión a Nara el día 13, pero al final el mal tiempo (tenemos entendido que mezclar tornados y bebes no es buena idea)  nos hizo prescindir de Nikko, cambiar de día la excursión a Nara y la planificación de visitas en Tokio, pero de eso ya hablaremos cuando toque.

Añadiríamos una excursión de un día desde Tokio sin problema, a Nikko o a kamakura aunque quitásemos un día de Tokio y por lo demás no cambiaríamos nada. Aspirar a más con un bebé sería abusar (creo yo).

 

Presupuesto

Antes de continuar, hay que tener en cuenta que si hubiéramos dispuesto de más tiempo de planificación habríamos ahorrado en los vuelos y que ahora viajamos en familia por lo que se acabaron los presupuestos mochileros. Esto no significa que nos hayamos liado la manta a la cabeza y nos metiéramos en Ryokan lujosos, nos desplazásemos en taxi olvidando el transporte público o comiéramos en renombrados restaurantes. Simplemente es que ahora no viajamos solos.

 

Hemos buscado el equilibrio teniendo más en cuenta satisfacer nuestras necesidades que un presupuesto superbajo.

El gasto total de 16 días en Japón los tres ha sido de 5040€

 

Vuelos: 1700€

Alojamientos: 1270€

JR Pass 7 días (2 personas): 440€

Conexión a internet con Japan wirless: 62€

Seguro de viaje: 132€

Otros (resto de transportes incluidos desde España, comidas y compras): 1436€

 

¿JR Pass de 7 o de 14 días?

Seguramente te hagas esta pregunta en algún momento de tu pre viaje. La diferencia entre una y otra es de 128€. Hicimos cálculos y optamos por la de 7 días, aunque nuestro viaje hubiera sido de 14 días y la Jr Pass hubiera abarcado los traslados al aeropuerto, habríamos gastado, aún así, 48€ más respecto el bono de 7 días.

 

La Japan Wirless o 62 € muy bien invertidos:

 

Contratar un router WiFi desde tu casa, y tenerlo en el aeropuerto antes de llegar y funcionando perfectamente, es la caña, pero además poderlo devolver sin ningún lío, eso solo pasa en Japón.

Inversión 100% recomendable, nunca se sabe cuando un episodio de Peppa Pig puede evitar un berrinche, un mapa puede llevarte fácilmente a tu destino o un traductor salvarte de ingerir algo inesperado.

El Japan Wairless se pide a través de su web.

Le indicas hora y fecha de la recogida y te lo mandan a la oficina de correos que tú elijas incluyendo las que hay en los aeropuertos. Para devolverlo, lo metes en el sobre que te envían lo llevas a una oficina o buzón de correos. Así de sencillo.

Comida

Si el vuelo nos preocupaba, la comida no se quedaba atrás. La niña es mala comedora, aún prefiere casi todo triturado y no le gusta probar cosas, así que sin dudar, necesitábamos llevar cargamento de potitos para repartir a lo largo del viaje.

Confiábamos en los fideos o sus variantes, y siempre nos quedaría el italiano de turno para un plato de espaguetis. También esperábamos poder cocinar algo en los apartamentos, pero ni las cocinas ni los supermercados en Japón me motivaron lo más mínimo para ponerme a cocinar.

Tuvimos suerte, sobrevivió a base de pollo hecho de distintas maneras y ramen, que le encantó. El terrorífico momento de la comida hasta se llegó a convertir en algo divertido.

No está de más llevar cubiertos por si en algún restaurante no te los ponen, sobre todo un cuchillito que alguna vez preguntamos y ni tenían.

Para comprar leche, no hay problemas, la hay en todos los supermercados, pero si tu hijo toma cereales de los típicos que se disuelven con la leche, asegúrate de llevar los suficientes porque no los hay por allí, o nosotros no los vimos. Se nos acabaron, necesitábamos encontrar algo urgente y lo más parecido fueron estos sobres, que realmente tampoco se parecen ni sabemos exactamente lo que son,  pero nos dijeron que se mezclaban con agua y era un complejo vitamínico con leche en polvo, eso nos sonó bien y a Telma le gustó. Este tipo de cosas, al igual que los pañales se encuentran en las secciones de productos infantiles de las droguerías más grandes, son como una especie de mezcla entre parafarmacias y chinos que se identifican rápido por los cosméticos, miles de cosméticos, porque otra cosa no, pero de eso no falta en Japón.

Seguro que me he dejado muchas cosas en el tintero pero si tienes cualquier duda en la que te podamos ayudar, aquí estamos, y si tu has viajado a Japón con niños también nos encantaría que nos comentaras como ha sido tu experiencia.

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Japón 6 (Guías de país Lonely Planet)
Lo mejor de Japón 4 (Guías de ciudad Lonely Planet)
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