La Alhambra no es normal

No es normal que en los tiempos que corren se pueda realizar cualquier actividad relacionada con el turismo

No es normal poder comprar las entradas de un día para otro

No es normal aparcar gratis en las inmediaciones del recinto

No es normal que una vez allí, no encuentres ni una sola cola

No es normal que apenas te cruces con nadie en las 3 horas de visita

No es normal tener la oportunidad de visitar una de las grandes maravillas de este planeta a pocos minutos de casa y sin complicarte demasiado.

No es normal que podamos escribir una entrada de una actividad sin niños

No es normal que los abuelos puedan involucrarse activamente en el cuidado de su nieta, o lo que es lo mismo, no es normal que podamos aprovecharnos de ellos (porque nos pillan lejos, que si no se iban a jartar).

No es normal el frio que hacía

No es normal, ni justo que estas “rarezas” que he mencionado no vayan a mejorar con la llegada de la nueva normalidad. Una verdadera pena, pero el turismo volverá, las entradas se deberán adquirir con siglos de antelación, las colas serán interminables y  tomar foto alguna sin postedición para borrar los “espontáneos” de cualquier nacionalidad será misión imposible.

Por todo esto y por mucho más, hay que aprovechar.

En ningún caso quiero decir que el coronavirus tenga nada positivo, es más, pienso que no ha traído más que fatalidades, pero una de las vías para superarlo (además de la ansiada vacuna, las medidas higiénico-sanitarias y el uso de la mascarilla) es adaptarse.

Si no podemos viajar, aprovechemos lo que tenemos cerca.

A este respecto diré una frase que aprendí en nuestro viaje por Tailandia: “Hazlo cuando puedas, porque igual no puedes hacerlo cuando quieras”. Esta cita cobra todo su sentido cuando has comido demasiada comida “exótica” en un restaurante con su propio aseo que no usas porque aun no tienes demasiadas ganas y te embarcas en un traqueteante autobús un par de horas. No lo niegues, sabes de qué te hablo…

Este precepto es totalmente aplicable en el momento “histórico” actual, pero con matices: “Hazlo ahora que puedes que el COVID puede venir con sus mierdas y sin letrina a la vista, eso sí, HAZLO CON SEGURIDAD y llevando kleenex.

Como he dicho al principio, lo organizamos todo casi de un día para otro. En un primer momento, valoramos la posibilidad de realizar la visita con nuestra hija de 4 años, pero las casi 3 horas que dura y disponer de cuidadores de confianza al módico precio del cariño de su nieta, nos animó escaparnos en solitario aunque el acceso sea gratuito hasta los 11 años (aun nos quedan otros 7 para volver con ella que la cosa está muy malita como para desaprovechar gratuidades).

El precio de la entrada general diurna para adultos (dic 2020) es de 14,00€ e incluye

Los Palacios Nazaríes*, El Partal, El Generalife y la Alcazaba.

* Los Palacios Nazaríes tienen un horario propio y hay que reservar cita para visitarlos.

Para acceder al complejo debes llevar contigo la entrada con código QR (incluyendo las de los pequeños) y el DNI o pasaporte.

Nosotros decidimos empezar por los palacios para evitar la presión de la hora de entrada y poder recorrerlo todo con tranquilidad, además a finales de diciembre se agradece un techo, unas paredes y una climatización que mitiguen “la rasca” que suele hacer a primera hora de la mañana.

PALACIOS NAZARÍES

 

Plano Palacios Nazaríes fuente https://granadasmile.com/

Son algo así como el casoplón real al que no le faltaba ni un detalle de la época ni ningún capricho de los Nazaríes (últimos gobernadores hispano-árabes de Al-Ándalus).

El recinto está formado por tres palacios:

  • El Mexuar: Sala, Oratorio, Cuarto Dorado y Patio de Mexuar

  • El Palacio de Comares: Patio de los Arrayanes, Sala de la Barca, Salón de Embajadores.

  • El Palacio de los Leones: Sala de los Mocárabes, Patio de los Leones, Sala de los Abencerrajes, Sala de los Reyes, Sala de Dos Hermanas.

A nosotros nos hubiera gustado pillar un audioguía, pero en estos tiempos no queda bonito poner la oreja dónde la ha puesto previamente otro y viceversa. Pensamos entonces que nos las arreglaríamos con los códigos QR que hay en cada estancia, pero únicamente te redireccionan al plano de las instalaciones (descargar aquí ), así que nos lanzamos a pelo a deleitarnos con los patios, las estancias, la decoración y los detalles.

El patio del Mexuar
El Patio de Arrayanes
Sala de las Dos Hermanas
Mirador de la Doraxa

 

Sala de los Abencerrajes

 

Sala de los Abencerrajes

 

Patio de los Leones

Nunca olvidaremos esta visita, no sabríamos decir si será porque los Palacios Nazaríes siempre nos sorprenden, por haber tenido la oportunidad de disfrutarlos en soledad, por lo mucho que deslucen los andamios el Patio de los Leones o por lo bien que nos quedan las mascarillas.

Mascarillas en la Alhambra

 

EL PARTAL

“La frustración” de no haber honrado el Patio de los Leones tomando una buena foto por culpa de los dichosos andamios se esfumó de repente cuando nos topamos con un gato, nuestro animal preferido, caminado tranquilamente por el borde de la alberca con El Partal y el Albaicín de fondo.

Un gatico por la Alhambra

 

El Partal

Igual nunca olvidaremos esta visita por esa imagen.

EL GENERALIFE Y SUS JARDINES

Camino del Generalife hay que dedicarle el tiempo que se merece a sus famosos jardines aunque en esta época del año la escarcha sustituya a la mayoría de las flores, porque no todos los jardines tienen estas vistas:

Vistas desde los Jardines del Generalife

Ya en la misma puerta del Palacio del Generalife te das cuenta que el tercio cambia, el estilo defensivo/militar de la Alhambra deja paso a una finca de recreo de estilo árabe-nazarí muy característica de la arquitectura civil musulmana.

Entrada del Palacio del Generalife
Palacio del Generalife

 

Vistas desde el Palacio del Generalife

Visto lo visto y las vistas que hay desde aquí, resulta muy fácil imaginar las jaranas que tenía que montar aquí la realeza (que todos sabemos cómo se las gastan los de sangre azul en lo que a fiesta se refiere, por campechanos que sean).

ESCALERA DEL AGUA

Los pasamanos de esta escalera se convierten en canalizaciones que conducen el agua de la Acequia Real.

Dicho así, parece poca cosa, pero es un rincón cargado de encanto.

La Escalera del Agua

PALACIO DE CARLOS V

Camino del Alcazaba puedes parar a visitar el Palacio de Carlos V. En esta ocasión nosotros prescindimos de visitarlo porque su acceso es libre y venimos con frecuencia, además yo particularmente le tengo cierta manía porque su estilo renacentista no pega para nada con el rollo árabe-nazarí del entorno.

Palacio de Carlos V

El ALCAZABA

El Alcazaba es la zona puramente militar de la Alhambra. Aquí la sofisticación y el gusto por los detalles dejan paso, o mejor dicho, desaparecen del todo, sustituidos por muros gordos, torreones defensivos y zonas de almacenamiento de munición.

El Alcazaba

Esta zona fortificada es otro claro ejemplo que pone de manifiesto que el pensamiento bélico y estético están más que reñidos, tan enfadados que ni se hablan. Menos mal que la belleza, en este caso está en el exterior.

Vistas desde el Alcazaba

Total que volveremos antes de que Telma tenga que pagar.

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