Totalmente recomendable, la Senda de los Tesoros de Abantos cuenta con todos los ingredientes necesarios para convertirse en un planazo de otoño o primavera en los alrededores de Madrid.
En mi opinión, el éxito de una ruta de senderismo con niños depende de las tres “D” y esta las cumple todas:
Diversión: que tenga zonas difíciles para escalar y donde puedan caerse, rocas que puedan hacer de tobogán rompepantalones en un momento dado, fuentes para ponerse perdidos en el mejor de los casos y empapados en el peor y todas esa cosas que tanto le gustan a ellos (solamente)
Dispersión: amplias praderas acolchadas para que puedan correr libremente y puedan pegársela sin demasiadas consecuencias. Zonas amplias y cómodas para hacer picnic y que los cachorros tengan espacio de sobra para escapar de sus depredadores que les atacan con un del bocadillo de chorizo en la mano.
Deleite: con las vistas que se disfrutan de todo el entorno de San Lorenzo del Escorial en gran parte del recorrido.
Nuestro itinerario es en realidad una adaptación para niños con edades comprendidas entre los 5 y 7 años de la versión oficial de la Senda de los tesoros de Abantos. Dicho así queda bien pero la verdad es que fuimos improvisando el itinerario sobre la marcha basándonos en el estado físico y actitudinal de los pequeños y el resultado fue altamente satisfactorio para todas las partes.
Ruta circular de unos 6 km. tomándonos nuestro tiempo eso sí (4h25’), del que en movimiento no estuvimos ni 2 horas, es decir, a priori es una ruta más que asequible, sin embargo, las modificaciones que introdujimos en el itinerario nos metieron de lleno en un par de tramos “problemáticos”, aunque el problema sólo lo veíamos los mayores porque los pequeños se tomaban las zonas complicadas como un juego.
Leí por internet (no recuerdo donde), que si pones “Parking Euroforum Felipe II” puede liarse la cosa así que no quise arriesgar y le dije a Google que nos llevara al “Aparcamiento El Escorial Monte Abantos”, sin embargo, hoy estaba petado, peeerooooo muy cerquita se encuentra una gran zona de aparcamiento en el “Parque el Escorial” que estaba prácticamente vacía.
A unos 400 metros del aparcamiento nos topamos con la pared de contención del Embalse del Romeral. A la izquierda hay unos peldaños de granito y empezamos el primer tramo complicado en el que ascenderemos 100m de desnivel y en el que los peques disfrutaron de lo lindo.
En el punto en el que el sendero se convierte en camino nos tomamos otra libertad, hacer la ruta a la inversa, no me preguntes por qué.
Si seguís nuestro itinerario en este enlace de Wikiloc, veréis que a kilómetro y medio de arrancar nos desviamos a la derecha unos 400 metros y es que había unas cuantas vacas muy tentadoras en mitad del prado y los niños no resistieron acercarse.
Poco más adelante también verás un desvío raro, quería comprobar si se podía recortar y llegar más rápido al punto de información del “Arboreto Luis Ceballos”, sin embargo la valla que delimita este museo vivo de especies naturales lo impide.
Me hubiera gustado verlo, pero no estaba seguro de las fuerzas con las que afrontaba el grupo a la vuelta así que pasamos de largo.
Un error de orientación más tarde, giraremos a la derecha para recorrer 400 m. de camino y estaremos atentos porque la ruta que hay que seguir no es que esté precisamente señalada.
Otros 400 m. de arbustos y plantas típicas de monte bajo y llegaremos al borde de la presa que afrontábamos al principio.
De aquí volvimos por nuestros pasos iniciales hasta donde teníamos los coches aparcados.
En resumen, un buen plan para esas épocas del año en las que un poquito de sol siempre es bienvenido.