Lisboa, cuidadosamente descuidada

Se me hizo raro llegar a una ciudad en sábado por la tarde porque tenía la sensación de que se pasaría el tiempo en situarnos mas que pasear y disfrutar.

Sin embargo Lisboa es sencilla en todos los sentidos. Por un lado tienes multitud de opciones para desplazarte de forma asequible (autobús, metro y tranvía). Por otro, su belleza sencilla sin la ostentación ni grandes monumentos que pueden tener otras ciudades europeas. 

Lisboa es romántica, atractiva, bohemia, misteriosa y bonita sin más, sin pretenderlo. Combina lo antiguo con los cosmopolita. Definitivamente, una de las ciudades en las que me gustaría vivir una temporada. 

Leí una entrada que me encantó en el blog De ilusión a recuerdo en la que comparaba Alfama con una mujer y es justo eso. Lisboa es una ciudad femenina, bella sin querer aparentarlo, desaliñada, seductora, que atrae, engancha y de la que te enamoras.

Sus calles estrechas y adoquinadas, los miradores, las cuestas, los tranvías, la ropa tendida, los azulejos y los  músicos callejeros hacen de esta ciudad un buen lugar donde perderse en apenas a 45” en avión de la capital.

  

 
Transporte del aeropuerto a la ciudad 
Aerobus: La línea 1 con varias paradas en el centro (Marqués de Pombal, Ada de la Libertad, Rossio, Restauradores, Plaza del Comercio y Cais do Sodré) y la línea 2 que va hacia zona de Oriente. (3,50€) Metro: Viene muy bien para algunas zonas aunque no hay muchas opciones de trasbordo.
Autobuses urbanos: Varias líneas conectan el aeropuerto con la ciudad

 

Normalmente una tarde no da para mucho, pero Lisboa es una ciudad asequible para caminar  y con una buena red de transportes públicos que te permiten aprovechar cada minuto.

Moverse por la ciudad 
Aconsejamos comprar el bono recargable de 24 horas válido para todos los transportes. Precio 6€ día + 0,50€ de la tarjeta. Se puede conseguir en kioscos y en las taquillas del metro (sin miedo las máquinas cuentan con el español como idioma)

 

Nosotros hemos recorrido lo esencial en dos días de forma relajada pero a nuestro ritmo, es decir, sin entretenernos demasiado en los museos ni en el interior de los monumentos. Hay que reconocer que la mayoría de los casos son mas interesantes por fuera que por dentro.

En Lisboa el callejeo es lo importante y con un buen plano puedes llegar hasta donde te deje el dolor de píes. No te pierdas ninguna “rua, largo, passeio o beco” sin recorrer porque en todas ellas hay algún detalle, un rincón o una imagen que guardar.

El viaje lo distribuimos de la siguiente forma:

  • Tarde día 1: Baixa, Chiado y Barrio Alto.
  • Dia 2: La mañana la dedicamos a Belén y la tarde a Alfama, Castelo y Graça
  • Mañana día 3: Parque de las Naciones
 

Baixa, Chiado y Barrio Alto

Están muy cerca entre sí. Se pueden conocer en una tarde sin necesidad de utilizar transporte público, de hecho casi todo es peatonal.
 

Baixa es un buen punto de partida para conocer la ciudad. Un barrio cómodo, rectilíneo, con amplias plazas, calles comerciales y restaurantes turísticos con terrazas. Aquí destaca:

Plaza del Comercio
Plaza de Rossio
R. Augusta, R. da Aurea y R. da Prata
Plaza de Figueira
 
 
 
 
Chiado y Barrio Alto son los  barrios más bohemios de la ciudad, con calles empinadas, tranvías, edificios de azulejos, pequeños establecimientos y locales nocturnos.
 

Elevador de Santa Justa. Tienes dos opciones, una estrenar tu bono 24 horas para subir en el ascensor o dos, subir las escaleras porque soltar 5€ por ahorrarte 40 metros de subida me parece un abuso y mas cuando las vistas son prácticamente las mismas que desde la zona de acceso peatonal: Largo do Carmo.

Vistas a Baixa

Convento do Carmo

Mirador de San Pedro de Alcántara. Con una de las mejores panorámicas de la ciudad. Se puede llegar a pie o en el Elevador da Glória desde la Plaza de los Restauradores.

Mirador san edro de Alcantara

Calles do Carmo y Garret

Mirador de Santa Catarina. Igual que en el de Santa Justa puedes llegar a pie reafirmando glúteos o con el Elevador da Bica. El ambiente, las vistas y el olorcillo a porro se conjugan perfectamente para darle un toque especial a esta bonita plaza.

Mirados Santa Catarina

Plaza de Camoes

Y sobre todo callejear por el Barrio Alto. La visita que realizamos a esta zona coincidió con la noche del domingo con las tascas estaban abiertas y muy ambientado. Es como si el barrio se transformara.

 

Belém

A Belém hay que ir en tranvía (nº 15 desde la Plaza Figueira). Recomendamos cogerlo en la primera parada porque se “peta” y es un “paseito” de mas de media hora que si no te tocaría de pie. En esta zona encontramos:

Monasterio de los Jerónimos. Si tienes la guía de Lonely Planet “Lisboa de cerca” y habéis leído que es gratuito todos los domingos, os diremos que no, que sólo el primero de cada mes. Nos consuela saber que este fallo no se debe a la traducción al castellano, porque le sucedió lo mismo a los que nos precedían en la cola y su guía estaba en inglés. Fuera cual fuera el idioma de la Lonely salimos de la cola como bien pudimos y nos metimos en la Iglesia que si era gratis.

Torre de Belém. Construcción defensiva de aire medieval que arranca desde las mismas aguas del Tajo, tanto es así que para acceder a ella hay que cruzar una pasarela desde la orilla. Muy fotogénica.

Torre de Belem

 

Monumento a los descubrimientos. Situado junto al rio, a ambos lados aparecen estatuas de los descubridores portugueses, tiene 52 metros de altura y por 3 € puedes subir a su mirador.

Monumento a los descubrimientos

 

Puente 25 de abril

 

Alfama y alrededores

 

El barrio más laberintico, decadente y nostálgico de Lisboa. Alfama vive para y por el tranvía que recorre sus empinadas callejuelas adoquinadas llenas de ropa tendida y casas de color pastel.

El tranvía 28 para en las principales plazas y lugares de interés de esta zona.

 
 
 
Mirador de Santa Luzía
 


Mirador de Santa Luzia y Largo das Portas do Sol

Castillo de San Jorge.

Mirador de Graça. Es muy recomendable hacer un alto en esta terraza durante la puesta de sol. Desde aquí puede verse el castillo y se disfruta de unas estupendas vistas del oeste de la ciudad que llegan hasta el Tajo y el puente 25 de Abril.

Para, tómate algo y disfruta de los artistas callejeros sin demasiada prisa. Se llega con facilidad desde la parada del tranvía 28 situada en la plaza de Graça.

 

– Bajada desde el mirador de Graça por la Cuesta de San Vicente hasta la Iglesia de San Vicente de Fora.

La Sé (Catedral)

 

 

 
 

Parque de las Naciones

Para llegar hasta aquí la mejor opción es el metro, parada “Oriente”.

Pilla una bici y deja que la brisa del Tajo te de en la cara (6€/hora). Cómo algunas ciudades en España, Lisboa también se dejó engañar para montar una ruinosa exposición universal. Las secuelas no han sido tan graves como en Sevilla o Zaragoza ya que aquí al menos se puede disfrutar de un moderno paseo por la orilla del río franqueado por restaurantes, terrazas y apartamentos de curiosa arquitectura. No obstante, también hay marcas mal cicatrizadas provocadas por el  derroche del ladrillo que también extendió sus tentáculos sobre esta zona de la península. La Torre Vasco da Gama (ahora reconvertida en hotel de lujo) y el poco concurrido teleférico son dos buenas muestras.

 

Lo mas interesante sin duda es el Puente Vasco de Gama. Una imponente construcción de mas de 17 km. de longitud que une ambos lados de la desembocadura del Tajo.

 
 

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2 comentarios en «Lisboa, cuidadosamente descuidada»

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