Apenas había dormido, ni el vuelo no fue lo suficientemente largo ni el suelo del aeropuerto de Kuala Lumpur se caracteriza por su mullidez (y eso que no cabía ni un alfiler).
El cansancio, el sueño y el nerviosismo por llegar a un lugar desconocido se esfumaron en el mismo instante que puse un pie en Siem Reap.
Aunque la entrada a Camboya por su aeropuerto no es complicada (sobre todo para los que estamos acostumbrados al caos de Barajas), aconsejo obtener el “e-visado” que te permitirá ahorrar muchas colas y tiempo.
En mi opinión, la mejor forma de moverse por los países del sudeste asiático es un “tuk tuk”. Estos vehículos suelen ser “rústicos” e inseguros pero no dejan de tener ese toque autentico y entrañable que los hace tan especiales, sin dejar de ser asequibles. Además, este medio de transporte, permite vivir en primera persona una de las experiencias mas emocionantes de esta parte del mundo, su tráfico.
Nuestro hotel, Lotus Lodge no estaba mal salvo porque se encontraba alejado del centro de la ciudad(mas tiempo de tuk-tuk yuhuu).
Despojados de las mochilas y con un buen chute de cafeína en el cuerpo, estábamos preparados para enfrentarnos a la razón de venir hasta aquí, Angkor.
Para acceder al complejo monumental hay que obtener un pase:
1 día, 20$
3 días, 40$
1 semana, 70$
Nosotros nos decantamos por obtener un pase de 3 días, aunque lamentablemente sólo disfrutaríamos de 2.
A grandes rasgos se pueden realizar dos rutas más o menos estandarizadas para recorrer los templos:
1. Ruta Larga
Se aconseja realizar esta ruta en un vehículo a motor. En nuestro caso fue nuestra elección para el primer día, lógicamente a lomos de un “tuk-tuk” (de 10 a 15€/día) ya que no estábamos para muchos derroches físicos, el airecillo en nuestras caras nos venía de perlas cuando flaqueaban los excitante y nos permitiría familiarizarnos con el entorno.
Planificamos la ruta de forma que este día nos centráramos en los templos más alejados y menos conocidos pues sabíamos que al día siguiente tendríamos la oportunidad de dedicar tiempo a deleitarnos con los que se encontraban mas cerca.
Solo habían pasado 10 minutos desde que habíamos sorteado el control de acceso y todos mis males (incluyendo el sueño) desaparecieron de repente cuando nos topamos frente a nosotros con “la puerta de la ciudad” (Angkor significa “ciudad” en Sanscrito)
2. Ruta Corta
Este itinerario es “imprescindible” (siempre que sea posible) realizarlo en bicicleta. En Siem Reap hay un montón de establecimientos para alquilarlas (1$/d, 3$/d la de montaña).
La ruta discurre por los templos más emblemáticos y mejor cuidados de todo el complejo monumental. El fácil acceso a estos monumentos provoca una mayor afluencia de público por lo que es más que recomendable madrugar un poquito y realizar el recorrido en sentido contrario al que aconsejan las guías y mapas.
He de reconocer que recorrer este paraje a lomos de una bicicleta ha sido una de las experiencias más enriquecedoras de toda mi vida.
Todo fue perfecto, la compañía, la temperatura, el entorno, las vistas… hasta el diluvio que sufrimos al finalizar el día fue de libro.
Nunca olvidaré los momentos vivido en esta ciudad camboyana. Todo es tan autentico que parece irreal como si fuera un decorado fabricado expresamente para deleitar los sentidos. Tanto es así que uso estos recuerdos para evadirme de la cruda realidad y me olvido de todo mientras me teletransporto mentalmente a Angkor.
En este pequeño resumen de lo que fue nuestro paso por Angkor no he querido profundizar porque resulta imposible describir con palabras este recóndito lugar. Hay que ir y vivirlo, acariciar las rocas milenarias cubiertas de musgo, paladear ese aroma, pasear entre las ruinas y sentirse por unas horas como “Tomb Rider” en una de sus aventuras.
Los mejores templos:
-BAYON
– TA PROHM
– ANGKOR WAT
Es el más grande y mejor conservado pero no me pareció el más espectacular, sin embargo, ver amanecer en Angkor Wat es una de las más típicas postales de esta ciudad encantada.
Después de toda la ruta por los templos, por la noche no puedes dejar de darte una vuelta por la animada zona de Old Market.
No me perdonaría despedir esta entrada sin apuntar un aspecto muy negativo con el que todo viajero se topará en este lugar y que a mí personalmente me partió el alma. Yo las llamé las “one dollar girl”. Te toparas con ellas en la entrada de todos y cada uno de los templos y monumentos de Angkor. Te seguirán, te atosigarán, se colocarán delante de tu cámara para dificultar la foto y pondrán a prueba tu paciencia vendiéndote souvenirs por un dólar.
Sucumbir y comprarles algo solo infla los bolsillos de sus explotadores y fomenta que en el futuro muchas más niñas pasen el día intentando ablandar con su mirada los corazones de los turistas y no en la escuela, que es donde deben estar.
Está en nuestra mano erradicar estas malas costumbres actuando con cierta responsabilidad.
Me guardo tu post que en breve iremos a Camboya!!! Gracias por la info
En serio? yo creo que es mi lugar favorito en el mundo.
Cuando viajamos a Angkor y Malasia aún no teníamos el blog así que ahora veo un post bastante incompleto, pero vamos lo más importante no se nos pasó.
Un saludo, nos leemos compañera!