Tenerife es para elegirlo

Elige viajar,

elige unos días en familia,

elige playas, montañas y bosques

elige siempre buena temperatura

elige un apartamento cerca del mar con una piscina que te cagas

elige una hora menos que al final es una hora más de vacaciones

Vale, ya sé que no estoy siendo nada original al empezar un post “inspirándome” en el texto del primer minuto de Trainspotting, pero es que Tenerife, al igual que la película, empieza por “T”, está lleno de británicos (algunas zonas) y no te dejará indiferente.

La idea era pasar una semana descubriendo de la isla todo lo que viajar en familia nos permitiera.

Nos alojamos al sur, en Playa las Américas que como playa en sí, no es gran cosa, pero es un estupendo spot para hacer surf donde hay infinidad de escuelas y locales de alquiler y venta de material que, por un “módico” precio te facilitarán todo lo necesario para la práctica de este deporte tan de moda hoy en día.

Surfistas en Playa Las Américas

Alquilamos un apartamento en Parque Santiago II, una urbanización enorme y cuidadísima con una piscina increíble de temperatura tirando a calentita pero de horario nefasto, si no eres de los que te quedas todo el día abartolado en una de las tumbonas (por supuesto de pago). Cerraban a las 18:00, es decir, si te planteas hacer algo diferente a tomar el sol vuelta y vuelta, es imposible que te dé tiempo a disfrutarla por la tarde.

Después de nuestra ajetreada y tardía llegada decidimos invertir la primera jornada en los placeres cercanos, es decir, disfrutar del abartolamiento de la piscina lo justo para que no se nos pusiera acento de Birmingham, comer todo lo tranquilamente que te lo permitan (recuerda vas con niños), sentados en una mesa a ser posible con servilletas reciclables y echar una tarde de Camisón (playa de) y no precisamente para dormir la siesta, que también se podría, incluso podrías hacerlo tumbado en el césped del paseo a la sombra de una palmera. La Playa de El Camisón es una buena playa para ir con niños, cerrada, de arena y de orilla poco profunda.

Sin embargo, a mí me cuesta mucho dormir haciendo snorkel y más si en el agua hay parientes de tiburones cerca (vimos una cría de tiburón musola lisa), anguilas carmelitas (que tienen un nombre muy de convento pero muy mala pinta) y babosas de diferentes colores y tamaños.

Parque Santiago II
Playa del Camisón

Más de dos días de abartolamiento pueden considerarse vacaciones y nosotros hemos venido de viaje, no a descansar, así que ya va siendo hora de echarse a la carretera.

Ruta 1: Garachico – Icod de Vinos – Puerto de la Cruz

Garachico se construyó sobre la plataforma volcánica que crearon las coladas de lava de las erupciones del Pico Viejo.

Nada más llegar al parking que se encuentra a la entrada del municipio te das cuenta que la orografía que te rodea es puramente volcánica. Es tal la importancia de la lava en este lugar que hasta una de las franjas de su bandera es de color negro en su honor.

Junto al parking se encuentra el Muelle de Garachico y las dos partes que componen el Tensei Tenmoku (puerta sin puerta) obra del escultor japonés Kan Yasuda.

A nuestra espalda, la Playa de Garachico y en la otra orilla se encuentra el Mirador del Emigrante.

Frente a nosotros, tras los restos de las antiguas vías que servían para cargar los barcos plataneros vemos una panorámica del pueblo con la torre de la Iglesia de Santa Ana sobresaliendo.

Muelle Garachico – Tensei Tenmoku
Tensei Tenmoku
Playa de Garachico
Mirador del Emigrante
Garachico

Siguiendo la línea de la costa, muy cerca de donde dejamos el coche encontramos el Castillo de San Miguel y las Piscinas naturales de El Calentón

Castillo de San Miguel
Piscinas naturales de El Calentón

Durante todo el camino hasta llegar a la Plaza de Santo Domingo y la Ermita de San Roque, nos acompañará la imagen del majestuoso Roque de Garachico, un islote rocoso y escarpado que se encuentra muy cerca de la costa.

Plaza de Santo Domingo
Roque de Santo Domingo

Regresaremos por el interior del pueblo callejeando primero por la calle de Santo Domingo y después por la de San Sebastián hasta llegar al Convento de San Francisco, la Plaza de la Libertad y la Casa Palaciega de los Condes de la Gomera.

Desde aquí, siguiendo la calle Pérez Zamora pasaremos por la Iglesia de Santa Ana y terminaremos en la Puerta de Tierra que era la entrada al antiguo puerto.

Siguiendo la carretera TF-42 unos 15 minutos, llegaremos a Icod de los Vinos. Pese a su etílico nombre, el pueblo es muchísimo más conocido por uno de sus centenarios habitantes que por la calidad de sus caldos, es por ello que a este municipio también se le conoce por la “Ciudad del Drago”.  

El Drago Milenario es el ejemplar más grande y longevo que se conoce de su especie. Se estima que tiene 800 años más o menos, es decir, milenario, lo que es milenario, no lo es, pero le perdonaremos porque todos nos quitamos años en un momento dado.

Alrededor de este “no árbol”, pues se trata de herbácea leñosa bastante crecidita, se ha montado el Parque del Drago donde podrás disfrutar de cerca de este símbolo de la flora canaria, podrás caminar por sus senderos y jardines, ver una representación de enterramiento de los aborígenes que habitaban esta isla y disfrutar de algunas de las tradiciones locales que aún se mantienen hoy en día.

Drago Milenario

Si tienes tiempo suficiente, en Icod de los Vinos también podrás visitar el Museo Guanche, la Casa del Plátano y ya un poco más alejados del centro urbano podrás realizar una visita guiada en la Cueva del Viento (más información aquí https://cuevadelviento.net/).

Sin embargo, nuestro paso por Icod nos lo tomamos como una rápida escala camino de Puerto de la Cruz para comprobar lo que había cambiado el Drago desde la última vez que nos vimos, hace más de 20 años.

He de reconocer que por él no pasan los años, está igualito el tío, no como nosotros que en todo este tiempo no sólo han llegado las arrugas, los kilos y las canas, es que por cambiar, cambió todo desde entonces. La primera vez que vinimos éramos simplemente compañeros de facultad y hoy, tras media vida juntos, hemos vuelto casados y con hija, suegra, bisabuela, cuñado/hermano, cuñada y sobrinos varios (ahora se entiende mucho mejor lo de las arrugas, los kilos y las canas).

Apenas a 25 km por la TF-5 llegaremos a Puerto de la Cruz. Esta media horita de trayecto nos sabrá a poco si lo que intentamos es aparcar en alguna zona gratuita porque daremos vueltas y más vueltas hasta que finalmente, terminaremos dejando el coche en alguno de los parkings privados que hay repartidos por la ciudad y cruzaremos los dedos para que la puñalada no nos arranque un riñón de cuajo (he de decir que al final no fue para tanto, o eso creo recordar).

La razón fundamental de venir hasta aquí era comer y echar la tarde en el Lago Martiánez la verdadera joya de la corona de esta zona. Lo primero no se nos dio demasiado bien debido fundamentalmente a que llegamos algo tarde, que nos costó conseguir tumbonas para toda la tropa, a las interminables colas en los puestos que servían comida y a las consecuencias emocionales que la falta de nutrientes genera en los diferentes rangos de edad que componían el grupo. Demasiada tensión para terminar comiendo bocatas y pizza arremolinados bajo la única sombrilla que logramos adquirir.

Temas culinarios aparte, el “Lago”, que es como conocen los locales a esta obra ideada por el lanzaroteño César Manrique, es una verdadera pasada que no debes dejar de disfrutar. En sus  100.000 m2 caben piscinas para adultos y niños (alguna de ellas climatizada para que no dejes el bañador en el armario por mucho frio que haga), jardines, solárium, impresionantes esculturas, restaurantes e incluso algún que otro jacuzzi.

El complejo consta de tres zonas claramente diferenciadas en función de su época de construcción:

  1. La piscina de San Telmo fue la primera en erigirse. En principio esta zona no formó parte del ideario de Manrique, sin embargo, a principios del siglo XXI se realizaron una serie de reformas enfocadas a integrar su estética con la del resto del complejo. Se rodearon sus formas, se incluyeron zonas de descanso y añadió mucha vegetación decorativa para alcanzar la máxima integración con el resto de la instalación.
  2. Piscinas Los Alisios están formados por tres vasos flanqueados a un lado por el mar y al otro por grandes jardines subtropicales. El vaso principal  alberga en su interior un bar al que se accede a través de plataformas sobre el agua que resultan poco prácticas si das demasiados viajes en busca bebidas espirituosas. Sin embargo, César pensó en todo y mandó construir un jacuzzi cerca para que “el pedo”, bien sea de origen etílico o bien sea de origen digestivo, se diluya entre sus burbujas.
  3. Piscina El Lago fue la última zona en construirse (1977) y ocupa la mayor parte del complejo (15.000 m2). Cuenta con cinco islas con un montón de jardines, cuevas, plataformas y hay hasta una sala de fiestas (Sala Andrómeda) en el interior de la más grande.
Piscina Los Alisios
Piscina El Lago

El agua es extraída directamente del mar mediante un sofisticado sistema de bombas que vacían, depuran y rellenan esta enorme piscina. Al parecer, el proceso de llenado es realmente espectacular.

Al lado de El Lago hay otra piscina más pequeña dedicada a los niños con una gran escultura llamada Homenaje al Mar que, gracias a sus pasadizos, sirve de atracción para los más pequeños.

Hablando de esculturas, C. Manrique no sólo se limitó a idear este lugar, también dejó su impronta con una serie de obras muy de su estilo:

Un par de Juguetes del Viento: Los Alisios y Barlovento

Escultura Barlovento – César Manrique

La Jibia que además de escultura es una zona de juegos que imita a un enorme pulpo

La Jibia – César Manrique

Después también están las Raíces al Cielo y el Homenaje a Wilhelm Reich que son básicamente árboles dados la vuelta que quedarían mal en cualquier otro sitio, pero que aquí no desentonan.

Otro elemento decorativo que también me llamó mucho la atención fueron las empalizadas que separan el recinto del mar.

Empalizadas – Lago Martianez

A las 19:00 en verano y a las 18:00 el resto del año, los pacientes operarios del complejo te invitan cortésmente a salir de las instalaciones y digo pacientes porque tuvieron que armarse de mucha para hacer que nos largáramos de allí.

Apenas nos quedaban energías, pero hicimos el esfuerzo de caminar un rato por el paseo marítimo para visitar la ermita del tocayo de nuestra hija, la Ermita de San Telmo desde donde se puede ver la playa, también tocaya (que difícil pareado): La Playa de San Telmo

Ermita de San Telmo
Playa de San Telmo

Junto a la ermita nos tomamos el mejor gofre de nuestra vida en la heladería Ice Crean que me hace salivar solo de recordarlo y que nos recargó las pilas, los michelines, las cartucheras, etc. Sin embargo, no nos arrepentimos porque ya habíamos quemado calorías de sobra ese día.

Podríamos haber llegado hasta el Muelle del Puerto de la Cruz, que también parece interesante, pero repito, el gofre nos recargó las pilas, etc.

Siam Park

Fuente: Nereizerdie

Para empezar, cuando entras en su página web, lo primero que aparece es:

¡El Nº1 del mundo por séptimo año!

¿Te lo vas a perder?

Yo soy fácilmente influenciable por los slogans publicitarios y por las reseñas (4.6 de media) así que no nos lo podíamos perder.

He de decir que antes de venir yo solo conocía este parque de vista, es decir, de ver vídeos en youtube de peña haciendo surf en su famosa ola pero no me imaginaba su tamaño y lo visualmente llamativo que resulta.

Al margen de las atracciones destaca el rollo tailandés que lo impregna todo y su exuberante vegetación, pero en Siam Park es imposible quedarse al margen de las atracciones.

En la web oficial del parque podrás disponer de todos los detalles de cada una de las atracciones acuáticas, ver fotos y vídeos (incluso en 360º) por eso me centraré en mi humilde opinión sobre los probados en nuestras propias carnes o en las de nuestros pequeños allegados:

Siam Beach: La ost****ia

Mercado Flotante: Curioso

Leones Marinos: Deberían estar es su entorno natural

Sawasdee: En un par de años flipará la pequeña (tiene 5)

Jungle Snake: Ideal para ir calentando motores

The Lost City: La perdición de los pequeños y el lugar dónde se pegarían todo el día si les dejásemos

Coco Beach: Otro sitio de dónde te costará sacarlos

Bodhi Trail: Aquí se lo pasarán en grande

The Wave Palace: Sin duda lo más divertido

Naga Racer: En el que menos cola había y en el que menos escaleras había que subir. Repetir bastante = buena señal

Kinnaree: Mola **** (de 5)

Mekong Rapids: Mola ***

Tower of Power: Acojo**na pero es la caña, es como lanzarse al vacío, pero en lugar de espachurrarte contra el suelo, atraviesas un enorme acuario con tiburones, eso sí manteniendo las distancias.

Vulcano: Sorprende, **** en la escala de molismo

Recomendaciones

  • Hazte con unos patucos de esos para andar por las rocas, tus pies te lo agradecerán y si los pillas fuera del recinto, tu bolsillo también.
  • En tiempos de Covid es obligatorio el uso de mascarilla
  • Es recomendable que la mascarilla resista el agua (por razones obvias)
  • Es recomendable traerla contigo por salud y economía
  • Las mascarillas de neopreno van de lujo
  • Usa protector solar, no sólo protegerás tu piel frente a los rayos solares, sino también porque estarás lubricado para bajar más rápido por los toboganes
  • Madruga, seguro que dios no te ayuda, pero te ayudará a pillar un buen sitio
  • Ármate de paciencia, posiblemente te queden muchas colas por delante (sobre todo en temporada alta)
  • Olvídate de cámaras acuáticas, en algunas atracciones están prohibidas
  • Deja tu móvil y objetos de valor en las taquillas, estarás mucho tiempo alejado de tu mochila y los demás, sobre todo los malos, lo saben.

Ruta 2: Acantilado de los Gigantes – Playa la Jaquita – Costa Adeje

En realidad, en esta ocasión vimos Los Gigantes desde el Mirador de Archipenque que ofrece una buena panorámica de los acantilados y aunque ya los visitamos en barco el siglo pasado, hemos tomado nota para futuras estancias en la isla, que seguro que las hay.

Mirador de Archipenque

A 5 minutos en coche desde el mirador llegamos a la Playa de la Jaquita. Aparcamos sin dificultad en una gran explanada que hay junto al núcleo urbano de Alcalá.

En el camino, nos topamos con un parque infantil bastante completo y muy fotogénico con el mar de fondo.

La playa, de arena volcánica fina, no es demasiado grande, pero cuenta con todo lo que se pueda necesitar para echar un día junto al mar (tumbonas de pago, espacio para tumbarse sin pagar, bancos, duchas, chiringuito…)

Camino a Playa la Jaquita
Playa la Jaquita

No obstante, lo más interesante de Alcalá son sus piscinas naturales. Nosotros nos pegamos una buena sesión de snorkel a meced de la corriente en el Charco la Jaquita.

Charco de la Jaquita

Después de comer nos dirigimos a la Costa Adeje, concretamente a la Playa del Duque, que se encuentra a unos 20 minutos.

Este lugar hace honor a su noble nombre: coches, tiendas, restaurantes, viviendas y precios de tumbonas de alta gama.

Aparcamos en el Centro Comercial The Corner Adeje (la “esquina Adeje” no queda tan cool) que se encuentra a escasos metros de la orilla.

La playa como tal no está mal pero tampoco es nada del otro mundo, sin embargo, en nuestra estancia hubo olas que incomodaban y asustaban a los más pequeños (también a sus sobreprotectoras madres) y que encantaron y revolcaron a los que no lo son tanto.

Playa de el Duque

Sin duda, lo que no te puedes perder es el atardecer desde el paseo que conduce hasta el Centro Comercial Mirador, sencillamente espectacular, un final de jornada de alta gama.

Atardecer Costa de Adeje

En la Costa Adeje también se encuentra Aqualand (https://www.aqualand.es/costa-adeje/) que nos comentaron que también era estupendo para ir con niños. Nota 2 para nuestro siguiente viaje.

Ruta 3: Teide – Charco la Laja

No es concebible un viaje a Tenerife sin dejarse caer, o mejor dicho, dejarse ascender por el Teide.

Impresiona incluso a los que estamos acostumbrados a ver un tresmil desde el balcón de nuestra casa en Granada, pero es que esto es un volcán y eso se nota con sólo acercarte.

La carretera ya es mágica “nada por aquí… nada por allá” salvo algo de vegetación esparcida por el páramo y curiosas formas creadas por la lava erosionada. Sobrecoge pensar la cantidad de horas que habría echado aquí el “Piqueras” si le hubiese tocado retransmitir sus erupciones.

Conviene hacer un alto en el camino y contemplar desde la distancia los colores con los que las distintas coladas han teñido sus laderas.

Si no tienes pensado subir hasta arriba, es decir, no tienes ticket, no merece la pena llegar hasta la base del Teleférico del Teide porque hay poco que ver, salvo mucha gente y algún que otro lagarto. Merece más la pena invertir ese tiempo en disfrutar de los senderos, los miradores y las vistas  que rodean las Roques de García, famosas por aparecer en los extintos billetes de 1000 pesetas. En honor a todas esas cosas que se podían comprar con uno de esos hice esta foto.

Roques de García
Algún que otro lagarto

La verdad es que nos hubiese gustado subir al teleférico, pero hay que reservar con bastante tiempo (cosa que no habíamos hecho) y además la expedición la componíamos 8 miembros que a 37€ por cabeza hacen un total de demasiados billetes de esos con los que antes se compraban muchas cosas.

No obstante, para mi próxima visita, que como ya he dicho haremos más pronto que tarde, quiero subir.

Aunque se pueden adquirir paks con todo incluido (permisos, teléferico, guía) para subir al cráter, creo que no es demasiado complicado y seguro que mucho más barato sacar el permiso especial gratuito del Parque Nacional del Teide y un tiket sencillo de ida-vuelta del teleférico.

Otras opciones que no hacen cumbre pero que tienen pinta de ser muy interesantes también arrancan desde La Rambleta (estación superior): Sendero del Mirador de la Fortaleza y el Sendero del Mirador del Pico viejo, ambos de acceso libre. Para realizar el Sendero Telesfero Bravo que termina en el mismo cráter es necesario el permiso que he comentado.

Uno de los grandes atractivos de la isla de Tenerife es el contraste de sus paisajes. Puedes pasar la mañana deambulando por el pico más alto de España y echar esa misma tarde haciendo snorkel en el Charco de la Laja, una piscina natural impresionante, perfecta para cualquier edad que pueda flotar.

Charco de la Laja

Ruta 4: Parque Rural de Anaga – La Laguna

Otra jornada de contrastes, por la mañana hicimos un recorrido por el Bosque de los Enigmas en el Parque Rural de Anaga (descarga todos los detalles de la ruta en pdf pinchando aqui).

Esta ruta, llamada también la Ruta de Laurisilva, arranca desde el Mirador Cruz del Carmen donde podremos aparcar y pedir indicaciones en la oficina de atención turística. Un mapa nunca está de más, pero estos senderos están perfectamente señalizados y apenas tendrás que sacarlo del bolsillo.

Mirador Cruz del Carmen

Cruzaremos la carretera, pasaremos junto a un restaurante y “et voilà” ya estamos en pleno bosque y con unos 5 kilómetros por delante para disfrutarlo a fondo.

Bosque de los Enigmas 1
Bosque de los Enigmas 2
Bosque de los Enigmas 3

A mitad de camino llegaremos al Mirador de Zapata, donde haremos una parada. Si tenemos suerte veremos el famoso mar de nubes y si no  la tenemos disfrutaremos de unas estupendas vistas.

Mirador de Zapata

El regreso, pese a ser cuesta arriba, no se hizo en absoluto pesado.

Un sitio chulísimo, 100% recomendable y perfecto para hacer con niños.

Dejo un link para ver todas las rutas que se pueden hacer en la zona de La Laguna https://turismo.aytolalaguna.es/senderos/

La única pega que le puedo poner, nada tiene que ver con el lugar en sí. Este verano (2021) ha sido especialmente seco y echamos en falta un poco de verdor en este bosque, no obstante, sigue siendo un lugar verdaderamente enigmático.

Bosque de los Enigmas 4

Dedicamos la última tarde de nuestro viaje por Tenerife, como no podía ser de otra forma, a La Laguna, el pueblo más bonito que visitamos.

No nos costó mucho aparcar relativamente cerca del casco histórico y a los pocos metros ya nos dimos de bruces con el marcado estilo colonial tan característico de este pueblo al pasar delante del Palacio de la Nava. Junto a él se encuentra el Monasterio de Santa María de Siena y al otro lado La Plaza del Adelantado.

Vagamos un poco por sus calles empedradas y coloridas (para mí lo mejor de esta visita y lo más recomendable) para ver la Catedral de la Laguna y La Iglesia de Nuestra Señora de la Concepción, e incluso nos sobró tiempo para tomarnos un helado.

Vamos, una jornada completita.

Calle de La Laguna
Otra calle de La Laguna
Y otra calle de la Laguna más

Dejo aquí el link del mapa de todos los sitios en los que hemos estado y algunos otros que pueden resultar interesantes.

En definitiva, Tenerife es para elegirlo, por los contrastes, por los paisajes, por la temperatura, por las playas y las piscinas naturales, por las montañas, por los bosques, por todo lo que se puede hacer con niños y por todo lo que no hemos visto por ahora y está por ver.

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